Elizabeth García Albadiz.
Orientadora Familiar y Consejera Académica Universidad de Valparaíso
Cuando nos unimos en pareja para formar una familia y nos proyectamos con la llegada de los hijos, inmediatamente nos viene a la mente… ¿Cómo serán de adultos?, ¿Serán buenas personas?
Para enseñar a un hijo o hija de forma íntegra, debemos ser capaces de transmitir algunos valores, pero ¿cuáles podemos considerar más importantes? y ¿cómo los podríamos enseñar? He aquí algunos valores, que se podrían considerar esenciales para fortalecer la comunicación efectiva entre padres e hijos:
1.- La Empatía. Se comprende como aquella capacidad de ponerse en el lugar y/o situación del otro, este valor es fundamental para desarrollar el respeto y la tolerancia hacia los demás.
2.- La Asertividad. Es la capacidad de expresar de forma adecuada lo que se piensa, se percibe y se siente. Es considerada una habilidad social que se debe fomentar en hijos e hijas. Que se acostumbren y atrevan a decir lo que piensan o sienten de buena manera, con respeto, comunicándose en el momento justo y con la persona indicada, sin dañar ni ser dañado al emitir un juicio o respuesta.
3.- El esfuerzo. Se hace mención a nivel de discurso sobre la importancia del esfuerzo, de la necesidad de esforzarse para conseguir algo en la vida, sin embargo, la sociedad de bienestar y el consumo plantea y evidencia a veces, la idea contraria a la necesidad de esfuerzo, primando la comodidad y el confort que se podrían alcanzar con menos esfuerzo y menos trabajo, esta idea supone Consejería para familias con hijos adolescentes. “Hablando de valores con nuestros hijos”. Un problema que afecta de forma especial a los niños y jóvenes, porque al momento de tomar decisiones de diferente índole no son capaces de esforzarse al máximo para revertir una situación adversa.
4.- La Proactividad. Muchas personas están constantemente esperando que suceda algo o que alguien se haga cargo de ellas, otras en cambio, toman la iniciativa, emprenden la acción y hacen que las cosas sucedan, es porque, han logrado desarrollar el hábito de la proactividad. La proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan, decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer.
5.- Tolerancia a la Frustración. No es nada más ni nada menos que aprender, entre otras cosas a enfrentar problemas, limitaciones, los “No” y negaciones que la vida nos presenta en forma cotidiana. La frustración es la Vivencia Emocional frente a una situación en la que una expectativa, un deseo o idea no se cumple. La tolerancia significa, soportar en diferente grado, con paciencia y con respeto algo que no se comparte o no se entiende. Desde este punto de vista, tolerar la frustración parte de un significado positivo, que permite a cada uno superar una situación frustrante con mayor o menor facilidad. Los valores que se desean inculcar, debemos vivirlos en la familia, para después ponerlos en práctica. En relación a esto, se puede conversar y debatir mucho más, ser padres no es fácil, debido a eso, es que debemos estar siempre atentos a lo que ocurre en sus vidas, mostrándoles nuestro afecto incondicional…siempre.
Bibliografía: Manual del Monitor 2011 “Proyecto de Vida”, Programa “Súmate” http://www.orientacionandujar.es/wpcontent/uploads/2014/04/
Texto completo del original publicado en:
Contacto,
Boletín de la Escuela de Obstetricia y Puericultura,
Universidad de Valparaíso,
Año 3, N° 7, Mayo 2014, Pág 5.